viernes, 23 de noviembre de 2018

Mateando en la marcha del orgullo

El sábado 17 de Noviembre del 2018 fue la primer marcha del orgullo a la que asistí, primera vez que me siento cómodo rodeado de gente, dentro de un marco del colectivo LGBTIQ.


La gente se agrupaba en Plaza de Mayo mientras escuchaban cantar a Mimi Maura, Ayelen Beker, entre otros artistas. Podíamos caminar mientras se apreciaba el arte de las Drag Queens, el make up de los asistentes y lleno de banderas con los colores del arcoíris pero lo que más resaltaba eran los colores de la bandera Trans que no solo estaba presente en una tela, si no en los rostros y ropa de las personas que acompañaban una de las consignas por la cual se pedía ese día, Basta de genocidio travesti-trans.

Otras de las consignas por la cual la gente se reunía era por la separación de la iglesia y el estado, la implementación de la ESI, libertad y visibilidad de cuerpos e identidades intersex.

Jimena Baron hizo un cierre musical para que horas más tarde, cercano a las 17 comenzara la marcha hacia congreso. Mientras caminábamos por Avenida de Mayo, acompañados de banderas y cantos como Macri no es puto, es liberal. Hacete cargo, él es heterosexual se marchaba junto a sonrisas, alegría, a os carros acompañados de distintas identidades que bailaban al ritmo de Britney o un poco de cumbia.


Se podría hablar de una u otra critica que siempre puede haber pero todo eso se olvida cuando estas rodeado de personas que trasmiten buenas vibras, que saltan al marchar, que gritan de alegría.


Besos, vestimenta, carteles que hablaban de libertad de cuerpos llenaban la marcha. La gente en los balcones sacando fotos, ese día no había diferencias, en ese momento, no las había.

Anochecía cuando las personas iban llegando a Congreso, se podía sentir un leve ardor en las piernas pero a uno no le interesaba. Después de descansar un poco y recargar energía se seguía caminando, encontrando a conocidos, amigos, abrazos como saludos, intercambiando sonrisas y solo queriendo ser libres.

Camine rodeado de personas, acompañado de amistades que me aceptan, me entienden. Camine siendo libre y fuera totalmente de ese closet imaginario donde uno se oculta para protegerse. Queriendo romper los estereotipos que a uno le imponen y debe cumplir para ser aceptado.

Hoy no quiero hablar de críticas, de verdades dolorosas o problemas que pueda haber en un ambiente. Solo quiero contar lo bien que me sentí rodeado de toda esa gente que salían a pedir por sus derechos con alegría.

“Si no puedo balar, tu revolución no me interesa”
Emma Goldman


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