miércoles, 28 de noviembre de 2018

Un remaster para nuestra nostalgia

En el marco del vigésimo aniversario de The Pokémon Company, Game Freak sacó uno de los remakes más esperados por gran parte de la comunidad. Por eso hoy, en Nerdo's Gaming, analizamos en profundidad Pokémon Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee!



La espera terminó. Tras cinco meses y medio, el remake de Pokémon Amarillo, el juego de Game Boy Color que adaptaba los clásicos Rojo y Azul a los hechos del anime protagonizado por Ash Ketchum y Pikachu, vio la luz. Por fin tenemos en el mercado al tan ansiado Pokémon Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee!

Empecemos por el primer factor que encontramos: el entorno gráfico. Podemos apreciar que la región de Kanto se ve preciosa en su versión remasterizada. Los detalles que Nintendo nos muestra son vívidos, claros, con colores espectaculares y cosas escondidas que, para los fanáticos de la saga, dan para muchas teorías.

Otro ítem clave en este análisis es la dificultad. Para el que ya jugó los anteriores títulos de la saga Pokémon (sobre todo los transcurridos en esta región), esto puede no ser tan clave. Al tratarse de un remake, los fans ya saben con qué se pueden llegar a encontrar. Ahí, quizás, está el punto de flaqueza de este juego. Es cierto que, igual que en los viejos Pokémon, la curva de dificultad va subiendo a medida que avanzamos en la historia: Pokémon a más nivel, estrategias más rebuscadas, movimientos más potentes, etcétera.

También está el factor del arco argumental de este juego, en el que podríamos decir exactamente lo mismo que con la dificultad: es una remasterización de un juego ya existente. Los cambios en la trama del juego son mínimos, limitándose a contadas escenas nuevas o cambios en los diálogos, adaptándose a los nuevos tiempos y las tecnologías más modernas.

Pero como lo mejor va para el final, ahora hablemos de la jugabilidad de este título. La forma de jugar Pokémon Let’s Go es muy diferente a la de los títulos de la saga principal. No hay combates ante Pokémon salvajes, sino que el formato de captura es exactamente el mismo que en Pokémon GO, el popular juego de la saga japonesa que salió para dispositivos móviles: con un número limitado de Pokébolas, hay que atrapar a todos los Pokémon posibles imitando el movimiento de lanzar las pequeñas cápsulas en las que entran los monstruos de bolsillo. La experiencia que nuestros Pokémon obtienen serán de las capturas que realicemos y, obviamente, de los combates contra otros entrenadores.

Otra de las novedades es que podremos jugar con nuestro Pikachu o Eevee (dependiendo de la edición que compremos) cuando lo deseemos para que este acumule felicidad, que en esta edición de juegos, afecta directamente en los combates del juego, pudiendo asestar golpes críticos con mayor frecuencia, aguantar golpes fulminantes o subir alguna que otra estadística en batalla. Con jugar nos referimos a que podemos acariciarlo, peinarlo y hasta vestirlo para poner a nuestro compañero lo más bonito que queramos.

¿Cómo concluir este análisis? En líneas generales, el juego es una auténtica brutalidad. Se nota el duro trabajo de Nintendo y Game Freak por llegar a revivir la saga de una manera diferente.

Mi nota para Pokémon Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! es un 9. Quizás hubiese estado bueno ponerle un poco más de dificultad a los combates o agregarle un modo reto, pero por todo lo demás, es una obra de arte.


-N

Magia para eruditos

Voy a empezar diciendo que nunca fui una gran fan de Harry Potter. Me gustaban las películas como a muchos, y el factor fantasía es bastante atractivo a esa edad. Dicho esto, nunca leí los libros, y no es algo que piense hacer pronto.



Entré a la sala de cine sin saber qué esperar, solo me habían dicho que “me iba a sorprender”. Como es algo bastante amplio podía ser cualquier cosa; sin embargo déjenme decirles que sí, me sorprendí bastante.

Para el que no está al tanto, continúa la trama que quedó pendiente de la primera película (bien podría terminar así porque los nudos argumentales principales se concluyen) en la que Credence, un joven mago que creció en el mundo muggle, descubre que tiene un gran poder y los ministerios de magia quieren lisa y llanamente asesinarlo. Spoiler alert, no se muere, y es el principal objetivo de esta nueva película. Grindelwald, personificado por Johnny Depp, quiere aprovecharse de su poder con un discurso que se parece mucho al nazismo (“los no-magos son inferiores” básicamente, aunque el propio personaje dice que eso no es lo que cree). Mientras tanto, el ministerio de magia sigue queriendo que él muera, y Newt, otra vez personificado por Eddie Redmayne, quiere ayudarlo a encontrar su identidad y salvarlo de la oscuridad.

Es una película entretenida, tiene lindos efectos y mantiene la misma energía y trato que la primera, siempre con los animales fantásticos teniendo presencia en diferentes instancias de la misma, aunque no tanto como en la primera entrega, en la cual ellos tenían el foco principal. Además vemos la aparición de personajes conocidos como Dumbledore, y otros como Nagini y Nicolás Flamel (creador de la piedra filosofal). Diría que llega a ser un poco más oscura por el hecho de que nos estamos adentrando en el universo de magia y hechicería, y los objetivos de los antagonistas suelen ser un poco más desquiciados. Para cualquier fan de Harry Potter, agrega mucha información interesante sobre el pasado del universo y de varios personajes.

De todas formas no es “wow fue lo mejor”, sino que es una buena película más del repertorio. Desde La Cosa Cine decían que Jude Law “nació para ser Dumbledore”, lo cual me parece una gran exageración. Si, el personaje le queda muy bien, pero no sé si diría que nació para ese papel (como sí lo diría con Robert Downey Jr. con Iron Man o Tom Hiddleston con Loki). Me interesa ver la siguiente cuando salga, pero no me molestaría verla en la segunda o tercer semana de estreno.

En definitiva es una buena película para ir a ver en familia (ojo, que sean mayores de 12 al menos porque es un tanto oscura) el fin de semana, porque apela a los chicos con sus imágenes llamativas y a los más grandes con historias interesantes. El público fan también va a salir satisfecho, aunque probablemente sienta que no superó o no llegó a las expectativas que tenían de la misma (pero igual agrega datos interesantes al lore del universo en general). 
- Mica

viernes, 23 de noviembre de 2018

Mateando en la marcha del orgullo

El sábado 17 de Noviembre del 2018 fue la primer marcha del orgullo a la que asistí, primera vez que me siento cómodo rodeado de gente, dentro de un marco del colectivo LGBTIQ.


La gente se agrupaba en Plaza de Mayo mientras escuchaban cantar a Mimi Maura, Ayelen Beker, entre otros artistas. Podíamos caminar mientras se apreciaba el arte de las Drag Queens, el make up de los asistentes y lleno de banderas con los colores del arcoíris pero lo que más resaltaba eran los colores de la bandera Trans que no solo estaba presente en una tela, si no en los rostros y ropa de las personas que acompañaban una de las consignas por la cual se pedía ese día, Basta de genocidio travesti-trans.

Otras de las consignas por la cual la gente se reunía era por la separación de la iglesia y el estado, la implementación de la ESI, libertad y visibilidad de cuerpos e identidades intersex.

Jimena Baron hizo un cierre musical para que horas más tarde, cercano a las 17 comenzara la marcha hacia congreso. Mientras caminábamos por Avenida de Mayo, acompañados de banderas y cantos como Macri no es puto, es liberal. Hacete cargo, él es heterosexual se marchaba junto a sonrisas, alegría, a os carros acompañados de distintas identidades que bailaban al ritmo de Britney o un poco de cumbia.


Se podría hablar de una u otra critica que siempre puede haber pero todo eso se olvida cuando estas rodeado de personas que trasmiten buenas vibras, que saltan al marchar, que gritan de alegría.


Besos, vestimenta, carteles que hablaban de libertad de cuerpos llenaban la marcha. La gente en los balcones sacando fotos, ese día no había diferencias, en ese momento, no las había.

Anochecía cuando las personas iban llegando a Congreso, se podía sentir un leve ardor en las piernas pero a uno no le interesaba. Después de descansar un poco y recargar energía se seguía caminando, encontrando a conocidos, amigos, abrazos como saludos, intercambiando sonrisas y solo queriendo ser libres.

Camine rodeado de personas, acompañado de amistades que me aceptan, me entienden. Camine siendo libre y fuera totalmente de ese closet imaginario donde uno se oculta para protegerse. Queriendo romper los estereotipos que a uno le imponen y debe cumplir para ser aceptado.

Hoy no quiero hablar de críticas, de verdades dolorosas o problemas que pueda haber en un ambiente. Solo quiero contar lo bien que me sentí rodeado de toda esa gente que salían a pedir por sus derechos con alegría.

“Si no puedo balar, tu revolución no me interesa”
Emma Goldman


martes, 13 de noviembre de 2018

Lo puto no te quita lo macho

“Estar dentro o fuera de un ‘closet imaginario’ nos lleva a convivir con una comunidad que a veces puede hacernos sentir parte de algo pero muchas veces es la causante de nuestros malestares.
He leído en muchos lugares que uno cuando sale del armario busca un lugar donde pertenecer y que este espacio es la comunidad gay (hablando específicamente de los varones) y fue una gran ayuda para ellos. Cuando yo intente buscar este sitio donde pertenecer la comunidad gay no fue de mis mejores opciones, al contrario, me sentí bastante excluido”.



Dentro de unos días se va a realizar la marcha del orgullo, un lugar donde gran parte de la comunidad se junta a pedir por sus derechos. Pero no vengo a hablar de las consignas de este año, vengo a hablar de las personas que van a asistir, de aquellas personas que se van a llenar de glitter, ponerse ropa linda sin entender por qué, creyendo que es un día exclusivamente para la joda, para el chongueo. Otra parte ira a pedir por sus derechos, a pedir igualdad, a pedir respeto e ir en contra de la discriminación al colectivo lgbtiq+. Pero, ¿qué pasa cuando la discriminación está dentro del ambiente? ¿Qué sucede cuando la “persecución” está dentro de ese lugar donde buscamos ser aceptados y luchar juntos?

Dentro de esta comunidad, colectivo, conjunto, “secta” o lo que sea, hay mucha discriminación, mucho “veneno”. Siempre esta esa competencia de quien es más lindo, quien tiene mejor cuerpo, quien tiene más levante los fines de semana, quien tiene el mejor novio o quien tiene más seguidores.

Vivimos bajo una heteronorma y LGBTnorma. Una constante donde se busca al contrario masculino, sin plumas, respetando los estereotipos del hombre común y corriente, dentro de la hegemonía y cagandonos en los sentimientos del otro.

Suelo ver personas que intentan hacer todo por encajar. Cambiando su forma de ser, reprimiéndose para adaptarse y no quedarse solos. Viendo los perfiles de las personas, tratando de amoldarse al de alguien que busca: mascxmasc, 0 plumas, no gordos, etc. Y pensando que, quizás, nunca podrán pertenecer.

Luego veo a esas personas que encasillan, discriminan, rechazan, alejan a esos chicos por no estar dentro de la norma, marchando por igualdad, en contra de la discriminación, dejando grandes mensajes emotivos en sus redes sociales pidiendo respeto, diciendo que quieren vivir en paz y que nadie puede decir como demostrar o a quien amar en las calles. Realmente me dan pena, me da rabia.

Siento que la verdadera lucha no solo se encuentra con el mundo exterior, contra esas personas que no quieren a la comunidad gay. La principal “pelea” tiene que ser dentro del colectivo, buscando respeto entre nosotros. Teniendo que romper estereotipos que los de afuera nos fueron imponiendo porque no está mal que te guste el chico “afeminado”, el que le gusta usar tacos, el que se pone un choker. Lo que en verdad es malo, es creer que por “ser así” es inferior. Que sos mejor solo porque vas al gimnasio, por ser alto, tener músculos, por la barbita que te dejas crecer, por no afeitarte el cuerpo, por usar campera de cuero.

Soy gordo, no encajo en tu normativa, me pongo glitter, me gusta el rosa, los choker me quedan muy bien, me gusta ir en contra de todo lo que está en el rango de aceptable. Y no necesito la aprobación de nadie.

Cuando vayas a la próxima marcha del orgullo lgbtiq fíjate con quien es la verdadera lucha, que no solo la sociedad hetero es homofóbica. 
- Dhan

Sujetes de placer

Vamos a sentarnos a hablar de sexo pero no sobre la práctica sexual habitual que trata de amor, previa y penetración, sino sobre el acto co...