No muchos conocen la historia de este particular individuo: según la película, se dice que visita aquellas casas en las cuales ya no hay esperanza ni espíritu navideño. Es la “sombra” de Santa Claus (o Papa Noel) y que contrario a lo que hace el alegre gordito este otro quita y castiga por tus acciones.
El filme consiste en una típica familia estadounidense con su casita perfecta y decoraciones navideñas perfectas que invita a su otra parte de la familia que no son precisamente iguales a ellos (se asemejan más al estereotipo racista del habitante de EEUU). Al igual que muchas reuniones familiares en cualquier parte del mundo, al ser tan diferentes no se llevan muy bien, y todo trae problemas. Junto con Krampus llega una fuerte tormenta de nieve que deja sin electricidad a todo el vecindario, y poco a poco los personajes se van encontrando con los “ayudantes” de este malvado monstruo, que cabe destacar son algo interesantes.
De todas formas no se dejen llevar por la premisa, esta no es una película de terror, o al menos no como cualquier otra. Se asemeja mucho más a una comedia negra en la que más de uno seguramente se va a sentir identificado con todas las peleas familiares que se representan de forma tan cruda.
En cuanto a la calidad de la misma no deja mucho que desear. Es simple, el trabajo de arte y diseño de personajes se puede apreciar muy bien, especialmente de Krampus, y los efectos especiales no son tan aberrantes. Hay momentos en los que parece que toda la lógica se va a la mismísima mierda y todo se vuelve muy extremo, lo que le quita la poca seriedad que le quedaba a la película. Sin embargo se puede seguir apreciando y termina teniendo un buen mensaje.
Esta película está disponible en Netflix para el que quiera verla durante estos días o mismo para la próxima Navidad.
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