Una de las películas más esperadas del año, quizás no por tu trama especial o por ser una nueva de superhéroes, pero por la participación de Jason Mamoa, el hawaiano que deleita a hombres, mujeres y otros por su apariencia y actitud de "enorme, letal y tierno oso".
En principio, no, no tiene punto de comparación con las
últimas películas de Marvel, en especial Infinity War. No esperen algo que les
vuele la cabeza de la misma forma que lo hicieron los hermanos Russo. De todas
formas, sigue siendo entretenida con sus casi 2 horas y media de duración. Ahora, con esto dicho, vamos por partes...
La trama es llevadera y la verdad bastante interesante, aunque también complicada al pedo. Toca temas que son muy buenos, como la contaminación en los océanos que causan las grandes corporaciones -algo muy importante en esta época de grandes cambios climáticos y de grandes masas que buscan formas sustentables para seguir sus vidas- y, mitológicamente hablando, de la desaparición de la ciudad de Atlantis -algo que personalmente siempre me fascinó; la película homónima de Disney está entre mis favoritas de hecho-. Pero de a momentos parece que se
estanca, habiendo escenas que parecen no agregar mucho a la resolución de los
conflictos o que están de mero relleno. Si bien todo tiene más sentido al final de la película, eso no
quita que al agregar estas partes en el medio parezca como si simplemente
quisieran que la duración incremente, además de que en varias ocasiones rompen
con el hilo conductor y la “energía” del filme.
Algo que me llamó mucho la atención y que además es una de
las razones por las cuales me gustó la película son las escenas de pelea, o el hecho de que una gran parte se lleve a cabo bajo el agua (obviamente). A
diferencia de los combates en tierra firme, en el agua estos tienen la
posibilidad de usar los 360 grados para hacer todo tipo de movimientos y golpes
interesantes, que son acompañados con la cámara de muy buena manera. Por suerte
no me pasó, pero es posible que esto también altere un poco a aquellos que
sufren de mareos o “cinetosis”. El agua le da una sensación diferente y una impronta totalmente nueva, con movimientos suaves y voces que se escuchan con un timbre ligeramente alterado. Sin duda es uno de los fuertes de este filme, escenas acuáticas bien logradas.
Por otro lado en cuanto a la musicalización no me “voló la cabeza” como si hicieron otras películas (no necesariamente de superhéroes). Los temas pegan muy bien con los personajes y la mezcla de instrumentos clásicos con sintetizadores queda impecable, que además resume perfectamente lo que es Atlantis: una ciudad antigua que se modernizó a pasos agigantados, que hasta incluso tienen tecnología que la superficie todavía no puede ni soñar. Podes escuchar el soundtrack completo en Spotify acá.
Creo que parte del casting era que las cabelleras de los actores se vean bien cuando están mojadas y fuera del agua, porque eso no es algo que a todos se les ve bien. No es una película totalmente seria y los alivios cómicos vienen de diferentes personajes, incluso del propio Aquaman. Adicionalmente, el hecho de que dos personajes de culturas diferentes se junten para pasear por el mundo buscando el tridente del Rey Atlan agrega más divertimento, ya que nos da las clásicas escenas de confusión con respecto a cómo debería uno portarse en un lugar que es diferente al suyo.
Nunca fui muy “fan” de este universo en particular, pero tengo que admitir que es una muy buena película que hizo muchas cosas bien en diversos aspectos, y está ayudando a DC a salir del pozo en el que se metieron con Suicide Squad, Batman vs. Superman y Justice League. Esperemos que sigan este camino con un enfoque muy diferente a lo que venían siendo las anteriores para las próximas entregas.
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